En la noche del día de regreso a clases, una mujer me vino a ver y me dijo: “Padre, es necesario becar a Olivia, acaba de graduarse de secundaria y realmente lo necesita”.
Para mí, era difícil por las siguientes razones: Olivia parecía muy tímida, efectivamente, esta niña vivía en condiciones muy difíciles: Un padre sin trabajo, un hermano delicado de salud, etc. y el nivel académico que exigían las preparatorias privadas era alto.Esta petición me parecía un camino muy difícil para ella. Sin embargo, ante la insistencia de esta mujer, me sentía presionado y yo me decía en mi interior: “de todas maneras ya se hizo el regreso a clases y ya no hay lugar en las escuelas privadas. Además, el único lugar en donde la podríamos ingresar era el INTEC don Bosco, que también es muy solicitado…”
En este momento preciso, otra señora entró, se presentó: “Buenas Noches, padre, soy profesora en el INTEC Don Bosco, en qué lo puedo ayudar con sus becados?” Nunca, antes esta persona había venido, pero llegó en este momento preciso. Como estaba aún con la primera señora, le dije que verificara si había la posibilidad de que Olivia ingresara en el INTEC. “Muy bien padre, mañana hablo con el Director”. Y yo pensaba, o que iba a olvidar, o que el Director no iba a aceptar.
Al día siguiente recibí una llamada: “Padre, está bien, Olivia tiene que venir a presentar mañana un examen psicometrico y otro examen académico.Yo permanecí escéptico, pues pensaba que los exámenes serían pesados para ella. La conduje yo mismo al colegio, le ofrecí un desayuno para que tuviera energía.
Algunos días después, el colegio dio su respuesta: “¡Esperamos a Olivia!” ¡No lo podía creer! Cómo era posible que aceptaran a esta jovencita a pesar de sus carencias y lagunas. Empezaba a esperar, pero no veía cómo iba a aguantar 3 años de estudio… Las primeras semanas, Olivia se desmayaba regularmente. Hicimos análisis, era debido a una mala nutrición, de la cual no se atrevía a hablar. Además su situación familiar seguía siendo díficil, lo que nos preocupaba cada vez más. Pero Olivia, se graduó y entró en la Universidad donde estudia comunicación. Hoy en día, es muy feliz y construye su vida según su proyecto personal. Olivia es para nosotros un símbolo y un milagro, a pesar de todas nuestras dudas y nuestra falta de esperanza, ella ha dado una orientación muy fuerte a nuestro proyecto de becas. Esta joven que quiso salir adelante a pesar de nuestra resistencia inicial, nos ha dado la prueba de que siempre valdrá la pena comprometerse con un joven y acompañarlo en su camino. Queda siempre una esperanza.